Las razones por las que Patxa’ma elige no guardar uno u otro material en su diagnóstico de recursos, como lo hemos visto son múltiples. Esta vez nos interesaremos en aquellas en las que la reutilización parece complicada.
Los elementos demasiado estropeados o rotos, no forman parte de aquellos con un fuerte potencial de reutilización. El mantenimiento y la elección inicial de los materiales tiene su importancia. Es el caso de algunos paneles de plástico de la cubierta del frontón o de elementos atacados por la roña. La elección inicial de los materiales o el mantenimiento influyen en lo que podrá ser reutilizado, pero necesitará una reparación o un tratamiento particular, como en el caso de algunas maderas atacadas por los insectos. Otros materiales, a menudo de baja calidad o fragiles, cuyo equivalente nuevo es barato, tampoco se tienen en cuenta en el análisis. Es el caso de numerosos elementos de plástico, como los conductos, las cajas de derivación o las bajantes de aguas pluviales. Los elementos demasiado diversos tampoco se tienen en cuenta. Sobre el conjunto de lamparas de neón presentes en el frontón, algunas se han apartado por ser más antiguas y diferentes al modelo más común allí. En general, la presencia de material eléctrico demasiado antiguo es un freno a la reutilización. En el frontón, este material corresponde a diferentes épocas. En vista de las referencias presentes en algunos elementos, parece que se han llevado a cabo diferentes campañas de renovación. El material más reciente será recuperado en primer lugar. Todo lo que no está a la vista también se aparta del diagnóstico. Es el caso de los cables eléctricos escondidos en tubos, cuya valorización mediante el reciclaje es preferible. O el tanque del calentador de agua por acumulación presente en los vestuarios, ya que el riesgo de roña en el interior no es verificable. Finalmente tenemos que hablar de la cuestión legislativa. Algunas puertas y ventanas parecen no ajustarse a las normas en vigor (ventanas de simple vidrio, puertas demasiado estrechas, etc.). Aunque esto no impida la reutilización, es necesaria una vuelta de tuerca adicional para conseguir su adaptación e integración. Esta observación también es válida para todos los elementos más antiguos, que ya no están en consonancia con los hábitos actuales. Por ejemplo, las ventanas de simple vidrio, para ser reutilizadas, tendrán que encontrar a menudo un uso desviado. Otro ejemplo, algunas luminarias también deben adaptarse para poder instalar en ellas lámparas LED.